Así fue como Érika Aponte descubrió la infidelidad de su feminicida
Dos semanas antes de su feminicidio, Érika Aponte había conversado con la mujer con la que Cristian Rincón le era infiel.
El feminicidio de Érika Aponte es un lamentable ejemplo de los riesgos que corren las mujeres víctimas de violencia. Esta madre de 26 años buscó ayuda porque sentía que Cristian Rincón, su pareja por más de 10 años, podía hacerle daño. Sin embargo, el accionar de las autoridades no fue suficiente y ocurrió lo que tanto ella temía.
Una de las mejores amigas de Érika reveló que Cristian sentía por ella un "amor obsesivo". Esta joven conocía a Érika desde el colegio y vivió de cerca la relación entre ellos. "En medio de todo fue buen hombre, al principio era muy detallista (...) pero cuando el niño nació, todo cambió".
De acuerdo con el relato de esta mujer, Cristian llegó al punto de controlarla y perseguirla. La joven indicó que hace unos 20 días Érika le contó que había descubierto que él le era infiel y que por eso tomó la decisión de dejarlo.
La infidelidad del feminicida de Érika Aponte
Érika cumplía dos semanas de haber dejado a Cristian por una infidelidad. Aunque ella ya venía siendo víctima de diferentes tipos de violencia, este hecho habría sido el detonante para poder escapar de él.
La amiga contó que le dijo lo que había descubierto y que incluso se comunicó "con la muchacha" y ella le entregó fotos y mensajes en los que confirmaba que tenía una relación con Cristian.
Días después lo enfrentó, lo dejó y se fue para donde su papá. Después de este episodio la actitud invasiva de Cristian se hizo cada vez más intensa.
El pasado 7 de mayo Cristian fue al centro comercial Unicentro para intimidarla a la salida de su trabajo. En contra de su voluntad, lo llevó en su motocicleta hasta un punto y cuando lo dejó, le envió un mensaje en el que le decía que si no volvía con él, se iba a matar.
Por más de 10 años Érika fue víctima de constantes malos tratos, agresiones y acoso por parte de su pareja. Cuando decidió romper la barrera del silencio, ya fue demasiado tarde.
La trágica muerte de Érika Aponte
La joven de 26 años sentía que estaba en peligro, por lo que hizo "una llamada de vida" donde relató detalle a detalle su situación, pero la obesesión de Cristian se interpuso en el camino y no le permitió salvarse.
Érika sentía miedo y sabía que el padre de su hijo le podía hacer daño. Aunque no tenía protcción en su trabajo, ella trató de continuar su vida con normalidad, pero Cristian ya habría calculado dónde y en qué momento ella podía estar más vulnerable para atacarla.
La víctima de este escabroso caso habría tenido una discusión con su expareja, quien, en medio del altercado sacó un arma de fuego y amenazó con dispararle. Inmediatamente Érika reaccionó y trató de huir de la pizzería donde trabajaba.
Al correr, el hombre la persiguió y, delante de decenas de personas, accionó el arma en dos oportunidades sin lograr impactarla. Lamentablemente Erika se vio acorralada entre las sillas y mesas de otro establecimiento de comida, a escasos metros de su lugar de trabajo, y allí el hombre volvió a disparar, en dos oportunidades, mientras ella estaba de espalda.
La mujer cayó en el piso, y en un momento de desesperación Cristian presionó el gatillo a la altura de su cabeza, pero el arma no disparó, se agachó al lado del cuerpo de Erika y volvió a hacerlo, fallando de nuevo, en un tercer intento, finalmente se disparó en la cabeza y quedó tendido en el piso, al lado de la madre de su hijo.